jueves, 17 de noviembre de 2016


Maneras de entender la Democracia
Muchas de las portadas de los periódicos de hoy han abierto sus páginas con la foto del actual presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, en la Grecia Clásica. Ha sido una foto que me ha gustado, al igual que me ha gustado el mensaje que ha transmitido: "Me despido de Europa en la cuna de la Democracia".
Posiblemente, mucha gente sea crítica con el legado de Obama; incluso podrá decir que la victoria de Donald Trump es consecuencia también de las políticas del actual presidente. Es posible. Pero Obama consigue transmitir algo que es importante en la política de hoy: confianza y credibilidad. A partir de ahí, es verdad que hay que gestionar; pero seamos conscientes que la gestión de un país como EE.UU., con más de 300 millones de habitantes y con Estados Federales de diferente color político y diferentes realidades no es una cuestión baladí.
Contrastando con esa imagen de Obama en la cuna de la democracia, hoy el acto solemne de apertura de la XII legislatura de las Cortes Generales del Estado español ha estado aderezado con un despliegue militar; es incomprensible que en pleno siglo XXI todavía se realicen actuaciones de este tipo. Entiendo que las comunidades necesitan sus símbolos, pero estos tienen que ser reconocidos por la ciudadanía. Siguiendo con el ejemplo de los Estados Unidos, allí el reconocimiento que la ciudadanía tiene sobre las fuerzas armadas es impresionante, cosa que en el Estado español no ocurre.
Pero hoy no quería hablaros de esto; quería hablaros de quienes poseen la expendeduría de la calidad democrática. Hoy he amanecido escuchando Radio Euskadi y una noticia en la que un representante de Podemos criticaba tanto al PSE-EE como a EH Bildu por sentarse a negociar con EAJ-PNV. Criticaba con mayor solemnidad a los primeros por prestarse a pactar con nosotros y realizaba una valoración de dichas negociaciones en las que, según estiman, solo estamos hablando del reparto de responsabilidades.
La política necesita rigor y verdad. Creo que en este caso han faltado los dos aspectos. De todas maneras, creo que el 25 de septiembre la ciudadanía ya dio su opinión en las urnas y, este sentido, Podemos debería respetar el resultado de las urnas y lo que cada Grupo Parlamentario significa.
No voy a valorar los problemas, interferencias o cuestiones que está viviendo la formación morada a nivel interno; no me corresponde, y en este sentido no me toca más que ver, oír y callar. Pero a la hora de realizar valoraciones sobre el resto de fuerzas políticas, pedimos lo mismo.
Extrañamente, Podemos ha encontrado un inesperado aliado: el Partido Popular. Curioso. La verdad es que solo de pensar en la crítica “lacerante” que está realizando el PP me provoca una sonrisa. Dice que ya teníamos que haber estado gobernando y que perdemos el tiempo. Sorprende que un partido que no ha sido capaz de formar Gobierno en más de 300 días y tras dos procesos electorales (con sus correspondientes millones de euros gastados) utilice esta crítica a la hora de valorar la conformación de un Gobierno. El PP tiene un espejo donde mirarse; si Madrid tuviera la misma normativa vigente en Euskadi, otro gallo cantaría.
Al hilo de la situación en la capital del Reino, estos días estamos viendo la incapacidad de gestión que  tiene en estos momentos el PP: lo hemos visto con las votaciones que está perdiendo en el Congreso de los Diputados, y lo estamos viendo con lo acontecido alrededor del exministro Jorge Fernández Díaz. EAJ-PNV pide un cambio de actitud al PP para poder implicarse en la gestión de la presente legislatura en Madrid. Mi pregunta es si esa actitud se corresponde con presentar al exministro del Interior a una presidencia de Comisión de cualquier manera y con las consecuencias que todos hemos visto. Veremos.

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